Los contenedores han transformado la manera en que desarrollamos, probamos y desplegamos aplicaciones. Docker es una de las tecnologías clave que lidera este cambio, y su componente central, el Dockerfile, permite definir cómo se debe construir una imagen de Docker. Sin embargo, como cualquier otro archivo de configuración, los Dockerfiles pueden ser susceptibles a errores o malas prácticas que pueden generar problemas de rendimiento, seguridad y mantenibilidad.
En este artículo, vamos a explorar las buenas prácticas para escribir Dockerfiles eficientes, seguros y sostenibles. Además, veremos cómo utilizar Hadolint, una herramienta que te ayuda a verificar automáticamente la adherencia de tu Dockerfile a esas buenas prácticas.